Pizarnik

¿En dónde hallar una presencia humana que me calme? Nunca nadie lo pudo; ni amigos ni amantes. Sólo cuerpos vacíos que apenas diferencio de las cosas y sólo fantasmas que he amado hasta pulverizar mi conciencia y mi memoria.

Querida ¡como no admirarte!
¡Como no admirar la forma en que admirabas al amor!
Si mediante un inquieto y solitario camino llegaste a pulverizar mentes de románticos sin esperanza, nos haz escuchado a todos mediante tu cursiva. 

Vacíos, sólo vacíos mentales que persiguen y asechan mi alma, mi cuerpo, y mi corazón con mi pobre percepción de amor.
Y ¿seré yo? ¿serán ellos?
¿quien efectúa el rol de vacío y quien lo llena?
Creo que en mí ya no hay espacio ni siquiera para un déspota rayo de esperanza que se acerque al rincón ya baldío de mi corazón.
 En cambio por alguna razón me han visto como fuente curativa de soledad, solo como un algo, y no como un alguien, soy una solución, no un problema. Me refiero a que nadie anhelará a complicarse la vida conmigo, ni una pizca de orgullo me atribuyo, ya que he buscado el camino a mi soledad eterna.

Y hablamos horas y horas de un profundo dolor, de ese que sienten las hojas al desligarse de su árbol de vida, sin saber que nuestro árbol era el mismo.

alguien que levante el ego, la falda y el corazón.

En mis manos hay rayas, que personifican los caminos que denotan mi locura, los que inspiran mis malas intenciones, de tocar pieles que me inciten al peligro.

La noche está nublada, y aunque no vea las estrellas los deseos no me faltan, mi cielo.

Que no se haga costumbre llorar letras.

Después de tanta sangre que se ha llevado el río, es tiempo de ofrecer el corazón, de que actúe por sí solo, que destruya lo que haya que destruir, que duela lo que está destinado y que sea lo que el instinto quiera. Mas que mal, un poco de sangre más no hará la diferencia.

Le pido a la cruel ceremonia que cuelga de tu mente, que deje de aplaudir, que el espectáculo acabó,
que infortunadamente tu corazón llenó el mío, y es tiempo de marcharme, lamento.
Fuimos, y espero no volvamos a ser, ya llena estoy de amor, pero también de culpa y autodolor, sigamos un camino que nos lleve lejos, pero por favor no olvidemos que la Tierra es redonda, que tu mirada caerá sobre la mía una vez más, pero haz caso omiso de mi presencia, te lo ruego, que ya no aguanto esta demencia.

El amor nos alejará, lo presiento, por favor no dejemos que pase.

El mejor error que he cometido,
es una de las pocas veces que he sentido que hacer lo incorrecto, me hace sentir viva, con ganas de volar, de soñar, de cerrar los ojos, de sentir tu piel, de dejar que el tiempo pase,
parece bastante correcto para mí.
Quizás me etiqueten de egoísta, pero no va al caso.

Para apoyar el ánimo que concierne a las fechas...
Brindemos por la carretera que nos ha visto felices,
por las amistades condicionales,
por el vacío de nuestros corazones,
por tu piel morena,
por la mala suerte,
por lo desafortunado,
por un corazón desequilibrado,
por la demencia intrínseca,
por lo ocurrido,
por tu brazo recorriendo mi cuerpo,
por el amor que todos hacen,
por la muerte,
brindemos porque hay para brindar,
brindemos porque hay vida,
brindemos porque podemos soñar.

Pues ya veo como afectas en mí, eres algo irreversible, no volveremos a ser la unión de antes, si no avanzamos iremos desapareciendo y no lo quiero por favor,
porque tengo miedo, pero también tengo ganas,
 porque por ahora nos necesitamos, somos el secreto del otro,
lo que jamás será contado,
 ¡Hombre, que privilegio!
 Estar guardada como tu mas íntimo secreto, que me conozcas como nadie más y hagamos juntos el amor día tras día, y que solo el momento sea nuestro testigo.
Debo ciertamente admitir que el miedo y la culpa me carcomen la demencia
y me impulsan a dar un paso más cerca de tus brazos,
porque el que las estrellas nos observen al aire libre,
me llama, me seduce y me incita.
Me incita el poder de tus ojos cuando de pies a cabeza me miras,
me da vida, me da valor.

Lamento y arrepentimiento ¿razón de asomarse a mi demencia?
Ahora que haz terminado de dañar tu integridad, en cuerpo, alma y mente, ¿será necesario, que dañes más? Tu al mundo un favor no le haces, avanzando no estás, te diré.
A las personas que dices querer ya les has echo lo denigrante, te haz comportado como un pájaro de mal augurio, la mala suerte atraes y ya no encuentras razón de posar tus pies, de mantenerlos firmes en el suelo, tus rodillas se debilitan y ahí estás, confundida entre la dicha del placer y la culpa.

Separados por una gota de dignidad, pero juntos al límite de estar en la dinámica de oscuridad
que nos facilita la unión
que nos acelera el aliento
y nos lleva un paso más allá de lo esperado,
porque eso somos,
 lo inesperado,
lo que fue regado de casualidad,
 lo que ahora es una flor tras la espera,
 lo que ha vislumbrado al desierto
y
 lo que hará morir al lamento.

Fecha del 31

Cuando la plenitud apela ante tu irritabilidad ante la vida propia, cuando ya no puedes de felicidad, porque al fin algo ha abogado por ti, la bonanza la exhalan tus poros y al fin te das cuenta que solo una casualidad faltaba en la pasividad hastiada de tu vida. Algo así como unos ojos achinados que se arruguen al reír, alguien que te recuerde tu belleza ya marginada de tu pensar, una risa torpe que te avecine a un lugar sin retorno.
He caído ya hace tiempo en un vacío no vacío,
lejano de demases ilusiones,
lejano de angustias añejas,
solo cerca de una sangre ardiente, que recorre con prisa las vueltas inquietas de un cuerpo que anhela, que anhela una libertad que tome de la mano a la tuya.
Rememoremos tiempos de conquista,
hemos dicho,
rememoremos tiempos de dicha,
de dicha pasajera, de esas que se las lleva el viento,
con un suspiro de alegría.

El reloj ya no nos rechaza, el tiempo ha pasado,
y tengo esta manía de quererte cada vez más,
me dicen mis demencias que mi pañuelo está llorando carcajadas,
me remuerde el día a día,
y una creación sincera carcome mi mente.
Fuiste, pero también eres y serás,
como una brisa veraniega en mi vida,
esperada, bienvenida y esperanzadora de una noche más fresca y larga.

Hay cosas que están intrinsecamente prohibidas en la vida, es decir, todos asumen que están mal, por lo que todos asumen y llevan bajo la piel una limitación que los lleva en contra de su instinto. No me siento tan orgullosa, pero he seguido cada instinto que me ha retado mi mente, he caído en el libertinaje y he pasado a llevar a otros con actos que por compromisos propios no me corresponden, he herido sin querer a personas amadas que pretendo no se enteren...Una mala persona, etiquetada por sociedad, excelente ser, etiquetada de animal.