¿En dónde hallar una presencia humana que me calme? Nunca nadie lo pudo; ni amigos ni amantes. Sólo cuerpos vacíos que apenas diferencio de las cosas y sólo fantasmas que he amado hasta pulverizar mi conciencia y mi memoria.
Querida ¡como no admirarte!
¡Como no admirar la forma en que admirabas al amor!
Si mediante un inquieto y solitario camino llegaste a pulverizar mentes de románticos sin esperanza, nos haz escuchado a todos mediante tu cursiva.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario