domingo, 20 de diciembre de 2015

Y ya nada se puede perder cuando ya te perdiste a ti mismo.
la soledad me observa, ve mi incredulidad frente a un camino al cual me quiero aferrar, 
felicidad, le dicen.
Me han contado que quienes siguen ese camino
llegan a una plenitud incontable,
tan plenos son que no necesitan contarlo,
el mito nace por anhelantes,
de esa sonrisa que la provoca la simpleza...
de una brisa veraniega,
de un chocolate antes de dormir,
una siesta reponedora,
una luz al despertar.
sigamos por nuestras curvas inquietas, nuestros obstáculos, mientras llegamos a la felicidad, que queda recta al olvido.

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