digo: cada vez que empiezo a sentir algo por alguien, me empiezo a odiar un poco más. ¿Por qué esto? porque siempre quiero dar, ya saben, lo mejor de mí, y nunca he encontrado la manera de repartirme en pedazos y cumplir, por lo que lo único que queda en pedazos al final del tramo es mi corazón.
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