jueves, 5 de noviembre de 2015
y hoy puedo ver el vacío de tus ojos, sin rubor en tu vergüenza y sin inquietas intrusas en el interior de tu tripa. Y es que no hay mas que hacer para convencer a tu demencia de que aspire a una loca, mientras tu anhelas una cuerda que te encadene a la tierra, que te espose a la realidad, mientras voy conmigo misma ascendiendo en nubes de miedo hacia el cielo, al cual siempre se le atribuye la muerte y la merced, pero al fin he logrado no ver lo negro, veo la esperanza y un camino que me condena.
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