digo: en esta ocasión, escribo con dolor en el corazón y nadie más que tu es la causa, porque resulta que siempre eres la excepción. Cuando todo va mal actúas como mi luz, y cuando todo parece ir bien me apuñalas por la espalda, y es por eso que escribo, porque siento que te pierdo, porque siento que te alejas, que ya no somos juntos ese elemento que me deja perpleja.
domingo, 28 de agosto de 2016
digo: de a poco te siento menos, me cuesta recordar tus caricias y tu besos, y más que eso, la manera en que estos me hacían sentir, y si, digo hacían, porque se esfuman en mi memoria. Espero con valentía frente al sufrir que reanudemos nuestros reencuentros improbables, que volvamos a juntar nuestras almas en esa danza tan única que sabemos hacer, que nuestras respiraciones vuelvan a agarrar el ritmo agitado que nos gusta y las improvisaciones vuelvan a ser parte de nos.
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